Las teorías del noviazgo y el matrimonio son algo que nunca deja de dar de qué hablar. La mía es que si puedo tener un marido literario lo puedo convertir o pedirle luego que sea mi marido literalmente.
La magia de los libros y la literatura está en qué se pueden leer en dos lugares del mundo al mismo tiempo aunque separados por aproximadamente 1,842.5 km. Como podrán leer ya le puse ubicación a este tema del marido literario. Literario porque lee tanto o aun más que yo y porque pienso que podríamos tener una biblioteca muy interesante si algún día este imaginario se vuelve literal.
El problema del imaginario es que no es más que una divertida ilusión donde no hay una comunicación directa o literaria que sea correspondida en un mensaje de regreso. Un «hola» sería un buen inicio.
Mi marido por el momento literario, y que no tiene la menor idea de que algún día puede ser mi marido literal si así lo decide, es un poco más importante que yo en rango y seguimiento por lo que mis pequeños intentos de comunicación no han sido precisamente exitosos a mi parecer.
Ahora, si volvemos a la magia del imaginario de mi soñado marido literal, existe una teoría de que cada niña siempre encontró a su príncipe soñado en las películas de Disney y aunque no soy una sirena, el príncipe Eric siempre fue mi amor platónico (luego descubrí que utilizaba mal el término platónico) o simplemente el que me parecía el más lindo y de mejor corazón.
Casualmente, mi marido literario que nuevamente aclaro, no sabe que es mi marido literario, se parece a ese personaje que de pequeña me parecía sumamente encantador. Ahora que ya estoy más grande y mi santo abuelo cometió el error de explicarme antes de mi adolescencia lo que realmente es un amor platónico, se que mi marido literario es más que la fachada del príncipe que de pequeña me llamó la atención.
Quiérase o no, la mente de mi marido literario me parece sumamente interesante, ahí está el componente realmente platónico, a veces solo me interesa saber qué lee, cuántos libros lleva este año, cómo se ve su librero y si podría prestarle algunos de los de mi librería ya que veo que tenemos una pequeña barrera idiomática al momento de seleccionar títulos literarios.
Si mis sueños no son tan locos puedo afirmar 3 cosas:
- Los pandas comen casi 12 horas en el día
- Recostarse en el piso puede quitarte el calor durante la crisis climática
- La gente puede tener más de un teléfono para tomarse fotos de vez en cuando.
En fin, no me queda más que soñar que este imaginario literario tome forma literal más allá de mi propia imaginación. En teoría y según Google hoy es el cumpleaños de mi ideal literario así que, ¡feliz cumpleaños! Si buscas alguna compañera para leer muchos libros ya sabes donde encontrarla. Podemos ser amigos literarios si no es problema pero por ser chistosa podemos ser maridos literarios sin ningún otro compromiso.
Con todo el sonrojo y la pena del mundo, atentamente a mi marido literario que nunca sabrá que es mi «marido literario».
¿Me ayudan a encontrarlo para que lea esto? Bye! (se sonroja)
-Andrea Lucía @meetmywords

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